La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogeras. (Rochefoucauld)

martes, 30 de octubre de 2012

LA LLAMADA (FRANCISCO GÁLVEZ)



Sigo esperando tu llamada,
no me olvides ni dejes que transcurra
demasiado tiempo,
porque todo es fugaz
y se pierde el instante de las cosas.

Sigo esperando cada día,
contéstame y renuncia a este silencio
de pálidos mensajes,
porque acaban las horas
y el tacto que mantienen las palabras.

Sigo esperando en la distancia,
acude en breve, escritas en el aire
mi invitación y súplica,
porque ningún decir
ni su gesto es pasión cuando ya es tarde.

Sigo esperando tu llamada,
no demores, depende de un hilo
la vida más sencilla,
porque esta servidumbre
en lugar de acercarnos nos aleja.



Francisco Gálvez

 









martes, 23 de octubre de 2012

PORQUE ME TRAÍAN TU SUEÑO (ESTHER DE CÁCERES)





Porque me traían tu sueño
yo amé los cielos de la tarde
y los árboles solos.

Y amé los mares en el alba
y las barcas abandonadas,
porque en ellas iba encontrando
¡tu recuerdo!

Ya sin los cielos de la tarde
ni los mares del alba
¡te tengo!

Libre de las imágenes
¡te tengo!

Porque ahora te amo
en esta soledad mía
sin recuerdos.




Esther de Cáceres

lunes, 15 de octubre de 2012

MUJER DE AUSENCIA (GERADO DIEGO)





Mujer de ausencia,
escultura de música en el tiempo.
Cuando modulo el busto
faltan los pies y el rostro se deshizo.
Ni el retrato me fija con su química
el momento justo.
Es el silencio muerto
en la infinita melodía.
Mujer de ausencia, estatuta
de sal que se disuelve, y la tortura
de forma sin materia.



Gerardo Diego

miércoles, 3 de octubre de 2012

ELEGÍA (ALEXANDER PUSHKIN)





La alegría apagada de los años turbulentos
pesada es para mí; como el vino,
mientras pasan los años me da más embriaguez.
Mi camino es sombrío. Labores y dolor
me promete el agitado mar del porvenir.
Pero, amigos, aún no quiero morir.
Quiero vivir, para pensar, para sufrir.
Y sé que entre penas, ansiedades y congojas
me aguardan placeres todavía:
a veces gozaré las armonías;
a veces lloraré ante una visión,
y quizás en la tristeza de mi ocaso,
el amor lucirá su sonrisa de adiós.





Alexander Pushkin