La ausencia disminuye las pequeñas pasiones y aumenta las grandes, lo mismo que el viento apaga las velas y aviva las hogeras. (Rochefoucauld)

martes, 2 de julio de 2013

AL FINAL (IRENE SÁNCHEZ CARRÓN)



Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
que se puede no amar de repente y no duele.

Duele el amor si pasa
hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
latigazo de hielo.

El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.

Somos así, mortales
irremediablemente,
sin duda acostumbrados
a que todo termine.







Irene Sánchez Carrón



3 comentarios:

Trini Reina dijo...

Acaso eso lo sepamos desde el nacimiento. Todo acaba...
Lástima que ese "todo acaba" casi nunca lo asociemos con la muerte.

Abrazos

MTeresa dijo...

Poema precioso
de una poetisa que no conocía,
un saludo

Marinel dijo...

En verdad que es así.
De hecho nos levantamos cada día esperando su final.
Besos.