Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos.
Nos miramos sin hacer otra cosa.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad...
En el quinto piso ella bajó y yo, que continuaba,
compredi que nunca más la vería,
que era un encuentro de una vez para siempre
y que aunque la hubiera seguido lo habría hecho como un muerto,
y que si ella se hubiera vuelto hacia mí
sólo hubiera podido hacerlo desde el otro mundo.
Vladimir Holan
7 comentarios:
Se me han puesto los pelos de punta, hay que ver...
Cuando sabes que es el primer y último encuentro con alguien y tampoco hay palabras por medio, el corazón se hace un nudo.
Abrazos
Interesante poema-relato nos has traído. Este breve encuentro impresiona, te pongas en la piel de quien te pongas.
Besos.
A veces un encuentro es búsqueda y las búsquedas son desencuentros.Interesante y original texto.Creativo blog el tuyo.Gracias por tus palabras.T sigo.T invito a seguir mi blog.Un abrazo.
Estaba escrito que no serían nunca dos. Incluso con esta única oportunidad...
Me gusta mucho este poema
Abrazos
Hola José Manuel sigo tu blog, desde El blog de Teresa.
Te invito a conocer mi casa de letras, tu casa bloguera. El blog de MA.
Un placer leer tus post.
Abrazos fraternales de MA.
José Manuel,buen poema de Vladimir,que nos habla del destino...A veces nos une y nos separa y el poeta en este caso,se dió cuenta, de que había dos mundos diferentes,que separaban ese instante mágico...PRECIOSO REALMENTE.
Mi gratitud por tu cercanía y mi felicitación por tu elección.
Mi abrazo siempre,amigo.
M.Jesús
Encuentros y desencuentro
que marcan nuestro devenir,
a veces hay que intervenir
y seguir lo que manda el corazón
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