No sirve lo que fui: lo que no he sido
es lo importante. Mi pasado no existe
de tanto no quererlo. Es de los otros, mas no mío.
No reluce ni sabe
cegar como los seres de la nada.
Mas no es fácil volver sobre mis pasos para encontrar
los labios no besados, los cuerpos (no elegidos no para poseerlos:
para darlos también y volverme tan pobre que ni la muerte
sepa qué hacer para matarme).
Lo que he sido y se me escapa
es lo que soy,
el fugitivo, el triste, el imposible,
el traicionado por el tiempo, el tachado, el inútil,
pero dónde buscarlo para hablarle de mí
y meterme en sus sueños.
es lo importante. Mi pasado no existe
de tanto no quererlo. Es de los otros, mas no mío.
No reluce ni sabe
cegar como los seres de la nada.
Mas no es fácil volver sobre mis pasos para encontrar
los labios no besados, los cuerpos (no elegidos no para poseerlos:
para darlos también y volverme tan pobre que ni la muerte
sepa qué hacer para matarme).
Lo que he sido y se me escapa
es lo que soy,
el fugitivo, el triste, el imposible,
el traicionado por el tiempo, el tachado, el inútil,
pero dónde buscarlo para hablarle de mí
y meterme en sus sueños.
Jesús Aguado
5 comentarios:
Apenas nos sirve el que somos. Para qué entristecernos más, con el que hubiésemos sido...
Abrazos
Es un poema terrible,trágico en esa negación constante, pesimista y aferrada a la tristeza de lo cierto, o al menos, lo asumido como irremediable.
Lo que no quiere decir que no sea un buen poema,por supuesto, pero produce demasiado desasosiego.
Besos.
Ahora leyendo a este autor, me parece que tiene razón en todo, no sirve el pasado, aunque yo soy de las que se recrea en el ayer, pero yo se que fue muy importante, que fui joven y soñadora, y pensé que la vida no me pasaría factura pero como en otras muchas cosas… me confundí. Un abrazo.
La negación del ser.
Ciertamente muy triste
pero bello.
Un beso
Melancólico,
con esa tristeza que anuda
el corazón.
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