Se hizo de noche al mediodía.
No pude respirar.
Tanto metal entre la carne,
aquel sabor a cieno
y sobre todo
el corazón oblicuo, sí, eso es,
el corazón oblicuo.
Como las tejas de un tejado,
resbalando.
El viento arriba
(había viento, sí, un viento suave).
Pero ya terminó. Una sombra
no hace la noche entera.
Volvamos cada uno a lo que nos distingue:
esa historia concreta, personal
que nos mantiene a salvo -mientras tanto.
Una sombra no hace la noche entera
-¿o sí la hace?
No pude respirar.
Tanto metal entre la carne,
aquel sabor a cieno
y sobre todo
el corazón oblicuo, sí, eso es,
el corazón oblicuo.
Como las tejas de un tejado,
resbalando.
El viento arriba
(había viento, sí, un viento suave).
Pero ya terminó. Una sombra
no hace la noche entera.
Volvamos cada uno a lo que nos distingue:
esa historia concreta, personal
que nos mantiene a salvo -mientras tanto.
Una sombra no hace la noche entera
-¿o sí la hace?
Chantal Maillard
3 comentarios:
Uffff, que poema tan bonito y profundo como esas sombras que a veces, sí son capaces de hacer una noche entera y larga desorientando al corazón...
Me ha gustado mucho conocer este poema y su poeta.
Besos.
No, espero que no, deseo que no, voto porque no, y sin embargo...
Me encanta Chantal. Me encanta
Abrazos
Todas las noches tienen sombras pero no todo el tiempo. La belleza también esta en ella, como tus palabras en estos momentos de la madrugada. Un abrazo.
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