Me declaro vencido. Los años que me quedan
los malviviré en penumbra. Cada mañana
deshojaré una rosa -la misma-
y con tinta evanescente escribiré un verso
débil y nostálgico en cada pétalo.
Os lego mi sombra en testamento:
es lo más perdurable y sólido que tengo,
y los cuatro palmos de mundo tranquilo
que creo cada día con la mirada.
Cuando muera, cavad un profundo hoyo
y enterradme en él de pie, frente al mediodía,
que el sol. al salir, me ciegue el fondo de los ojos.
Así la gente que me vea exclamará:
-Mirad, un muerto con la mirada viva.
Miquel Marti i Pol
4 comentarios:
Qué genialidad. Me ha encantado.
Es un poema triste en el fondo,pero a la vez, deja algo así como un reguero de amor por la vida insustituible y sólido,muy sólido.
Besos.
Qué maravilla.
Desconocía al poeta (cosa que remediaré) y el poema.
Es tan fuerte que, al leerlo, te da un pellizco en el alma.
gracias por presentármelo
Un abrazo
Una belleza, me gusta, este poeta, no lo conocia. Gracias por tu compañía, y por compartir Manuel.Un abrazo
Un poema que llega al alma y que recuerda a la inexorable disolución del yo.Tomo muy buena nota del escritor.Buena elección,José Manuel.Un abrazo.
Publicar un comentario