«Es la noche -dijiste- pon tu espejo
debajo de la almohada al acostarte
y en él verás, si sueñas, el reflejo
de la mujer que nunca ha de olvidarte.»
debajo de la almohada al acostarte
y en él verás, si sueñas, el reflejo
de la mujer que nunca ha de olvidarte.»
Llegó la noche al fin. Bajo la almohada,
recordándote, amada,
puse el cristal revelador. De suerte
que soñé con la muerte.
recordándote, amada,
puse el cristal revelador. De suerte
que soñé con la muerte.
Leopoldo Marechal
4 comentarios:
Que barbaridad, cuantos poetas hay, este tampoco lo conocía...gracias por compartirlo Jose Manuel.
Buenas noches.
La muerte es una dama que jamás se olvida de nosotros...
Besos.
No conocía al poeta y, al menos, en este poema me ha encantado.
Gracias por dármelo a conocer.
Abrazos
Maravillosos versos
de este poeta
que no conocía,
gracias por revelármelo.
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